martes, 5 de abril de 2011

Dividendos.

Sumando calles y calles,
observo las pisadas
por todos los lugares
que caminas a golpe de zapatilla
sin mí.
Las vuelvo a sumar,
encuentro huellas
desgastadas
de suelas
impertinentes
que no dejan
escrito tu nombre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El nombre mío que he perdido,
¿dónde vive, dónde prospera?
Nombre de infancia, gota de leche,
rama de mirto tan ligera.

De no llevarme iba dichoso
o de llevar mi adolescencia
y con él ya no camino
por campos y por praderas.

Llanto mío no conoce
y no la quemó mi salmuera;
cabellos blancos no me ha visto,
ni mi boca con acidia,
y no me habla si me encuentra.

Pero me cuentan que camina
por las quiebras de mi montaña
tarde a la tarde silencioso
y sin mi cuerpo y vuelto mi alma.

Gabriela Mistral